La Artista se sumerge en el corazón del muralismo como un proceso dinámico de democratización de las artes. Para ella, los murales no son simplemente obras en gran escala; son declaraciones poderosas que desdibujan las barreras entre el arte y la audiencia. En su enfoque, el muralismo se convierte en un medio inclusivo que invita a la participación activa de la comunidad. El muralismo es una herramienta de expresión colectiva, una forma de democratizar el arte al llevarlo a los espacios públicos. Cada brochazo es una invitación a la reflexión y un recordatorio de que el arte tiene el poder de transformar entornos urbanos en galerías accesibles para todos.